Vistas de página en total

martes, 14 de febrero de 2012

Quiyoooo !!!: Dale a las Tabaqueras 
Yo confieso... que soy fumador. Tengo la desgracia de ser drogadicto. Si. Desde hace muchos, muchos años, tantos como que me horroriza sólo el escribirlos, soy fumador. Lo siento, pero es verdad.
Empecé con mi personal estupidez hacia los catorce años. Los Celtas Cortos y sin filtro me flipaban. El paquete costaba entonces cuatro cincuenta, algo asequible y... y si me quedaba sin tabaco, mientras mi padre leía el periódico después de comer sabía que echaría una cabezadita, y sólo era cuestión de esperar el momento y “mangarle” un Jean del bolsillo interior de su chaqueta, con cuidadito y sólo uno, para que no lo notara. Ese cigarrillo, lo compartía con mis colegas yendo hacia el colegio. Luego nos frotábamos los dientes con hojas de Acedera para que el cura no nos lo notara, o masticábamos granos de café para disimular el aliento. Bueno, eso era a los catorce años, pero antes ya había fumado “cigarros de anís”, papel higiénico, cigarrillos de papel de periódico, y lo que me cayera entre  las manos.  Recuerdo que, cuando liando un cigarro de papel de periódico enrollado te tocaba fumarte la foto, eso era la releche. La tinta de los periódicos no era como la de hoy día, y si te tocaba una foto como parte del cigarrillo... cuando dabas “la calada”, salía una especie de llamarada azul que... aquello era... bueno, como si te arañara un cangrejo, bronquios abajo, hasta los calcañales. Dios!. Sólo recordarlo produce broncoespasmo.
 No sé porqué empecé. Fue un error.  No sé si necesitaría demostrarme a mí mismo, o a los demás, que ya era casi “más de media liebre”. Pero el caso es que me enganché. Vamos, que me convertí en un drogata hasta las cachas. Y doy gracias al cielo de que me diera sólo por ahí. Muchas veces lo he pensado. Si llego a nacer en un suburbio cualquiera de Brasil o de... Pues lo hubiera llevado crudo. Mira que si me hubiera dado por aspirar pegamento o porquerías similares... No sé que hubiera sido de mí. Bueno, si, que sería un matao más. Pero gracias a Dios, nací donde nací, y sólo me dio por los Celtas Cortos. Más tarde, por el Ducados. Y sigo.
He intentado dejar de fumar una sola vez, y lo conseguí durante más de cinco años. Por las bravas, a raíz de “un susto”. Creí que sería para siempre. Pero soy humano y como tal, necio y sintiéndome ya seguro, no le hice ascos a otro cigarrillo, celebrando no se qué, y la lié. Al día siguiente, otra vez un paquete entero. Cuando se es fumador, realmente se es de por vida. Es una drogadicción más, y si dejas, estate convencido de que serás fumador en periodo de abstinencia. De por vida. El resto es engañarse.
Pero que conste que peleo, con insistencia y rigor, contra el tabaquismo de los demás y consigo que muchos de mis pacientes lo dejen. Me lo agradecen. Y que estoy convencido que, antes o después, todos dejamos de fumar. Normalmente, tras el primer infarto. Que pena. Toca madera. Puta vida.
Pero ya estoy resignado a las consecuencias, y mientras pueda, es probable que continúe. Lo siento por los más íntimos que me rodean: se que huelo mal, se me cae la ceniza cuando menos espero, me quemo la ropa... intento no molestar al prójimo, pero... y de los pulmones, que por ahora me responden bien, prefiero no pensar en ellos. Que pena.
Leo que la Junta de Andalucía está harta de pagar la factura de las consecuencias  que, para los andaluces, tiene el puñetero hábito de fumar. Que está harta de asumir el pago de los tratamientos de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de pulmón, el enfisema pulmonar, la cardiopatía isquémica, el cáncer de vejiga, la enfermedad vascular cerebral, y no se cuantas más, todas ellas de uno u otro modo, indisolublemente unidas y asociadas al consumo del tabaco. Y hace bien en estar harta. Es de sentido común. Pero...
Siempre hay un pero. Porque, teniendo toda la razón en el fondo, la pierde totalmente con sus formas. Vayamos por partes.
Desde el lado del fumador, que el tabaco es perjudicial para la salud, lo saben hasta los monos de los árboles. Salvo para imbéciles, en el sentido médico de la palabra, no hay discusión alguna al respecto. ¿De acuerdo?. Que fumar es voluntario, porque nadie te obliga a ello, también es palmario, ¿verdad?. Que el que se expone al peligro, consciente y voluntariamente, sabe que es muy probable que tenga que sufrir las consecuencias de sus propios errores, es de cajón. También es comprensible que haya pacientes que, a pesar de leer los mensajes de advertencia del paquete de tabaco, que son algo así como el equivalente al consentimiento informado del usuario, decidan seguir haciéndolo y luego, cuando llega el palo y le ven las orejas a la parca, reclamen indemnizaciones a las empresas tabaqueras. Ojo, que he dicho que es comprensible, humanamente comprensible, no que sea justo, ni que tengan razón alguna en hacerlo. Es, desgraciadamente, una actitud tardía y ridícula, echándole las culpas propias que no asumen, a otros.
Hasta ahí de acuerdo todos. Pero vamos por la otra cara del problema.
Desde el lado de la Junta de Andalucía, lo que le pasa es que con esa reclamación pretende lavarse la cara de su institucional hipocresía. Cada día me repatean más los políticos, pero es que esto ya colma el vaso.
Seamos francos. Se conoce que deben andar mal de perras, y entre eso y la demagogia pura y dura, pretenden sacarle, a traición, unos cientos o miles de millones a las empresas tabaqueras, que no entraron a su inicial chantaje. Y de paso, arañar unos votos de los que se crean su demagógico proceder. Si, lo suyo fue un chantaje disfrazado de intento de acuerdo. Osea, llamaron a las empresas y le dijeron más o menos que, o nos pagas las facturas que origina el tabaquismo en Andalucía o te las reclamamos más crecidas por el juzgado. Y como no aceptaron, pues a los tribunales. Y en ello están. Pelea estéril.
Yo es que no entiendo nada, y cada día menos.
Pero si esa misma Junta de Andalucía subvenciona hasta la plantación del tabaco, hombre. Si subvenciona los empleos que crean las tabaqueras, los herbicidas que utilizan, los funguicidas, los pesticidas, los... Pero si esa misma Junta, les cobran los impuestos por la producción del tabaco, por su comercialización, por su publicidad... hasta el IVA, hombre, hasta el IVA.
Y esa misma Junta, ahora se hace de nuevas, cuando ella misma se hace de oro con la drogadicción de los que fumamos. Dios, que morro, tú.
Además, si lo que quiere es dinero, lo tiene fácil. Con ahogarlos con más impuestos, lo consigue rápido. Pero no, que mira que si se lo toman en serio y cierran... A la Junta no le interesa que cese la actividad tabaquera. Eso, ni loca. Prefiere que produzcan y paguen, y que los más pardillos, nos dejemos los pulmones fumando. Si no, de qué: le cerraban las empresas y listo. Pero eso no les interesa, claro. Hay que ordeñar a la vaca, si, pero no hasta que de sangre, claro.
¿Qué quieren meterse a hacer el ridículo contra las tabaqueras?. Pues muy bien, estoy seguro que cuatro les reirán la gracia al grito de: “Quiyo, dale a las tabaqueras !!!. Pero no conseguirán otra cosa. Bueno, eso creo…
Porque si lo consiguen, pues buen filón habrán encontrado. Fíjate que me alegraré, que fenómeno, porque podrán al día siguiente hacer lo mismo con  los del alcohol, que esa es otra. Eso si que sería un buen negocio. ¿O no?.
Me imagino a Chaves & Company, dándole caña a los del fino, la manzanilla, el coñac, los aguardientes y demás. Poniendo contra las cuerdas a la media Andalucía que vive del vino y sus derivados, arrancando plantaciones de viñedos, reclamándole a los bodegueros el 45% de los accidentes de tráfico en euros, el montonazo de lesiones por agresiones de violencia doméstica bajo los efectos del alcohol, el dineral de la asistencia sanitaria derivado de la drogadicción al alcohol de este país, y hasta las consecuencias del botellón. Va a ser todo un espectáculo y más para los abstemios como yo. Me imagino el follón que se montará. Media España yendo a los toros sin puro y sin copa, tiene que ser una auténtica delicia. A los toros, todos con flores.
Pues no, no me lo imagino, que coño. Las tabaqueras son una cosa, Chaves, y otra muy distinta los bodegueros. Con esos no te atreves. ¿A que no?. Sabes que al día siguiente te correrían a gorrazos. Y que no volvías a salir con un solo voto andaluz. Anda, atrévete con ellos, Quiyo...
Pero mientras tanto, al menos no te burles de los fumadores, coño, que lo tuyo es una burla, haciéndo como que los defiendes, cuando en realidad vives del origen de sus esputos, sus enfisemas y sus neoplasias. Anda ya...





Correspondencia: eltuerto@semg.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario